sábado, 16 de febrero de 2008

Celia Amorós, Amelia Valcárcel y Bourdieu. (Una reflexión).

En la obra de Celia Amorós "La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias...para las luchas de las mujeres" uno se sus capítulos nos habla de una idea de igualdad obscenizada, seguro que alguna lectora del blog (o lector, que se que alguno también me leeis) se preguntará qué quiere decir esto, bien, yo también me lo pregunté cuando lo leí pero seguí profundizando hasta alcanzar la explicación.

Actualmente la igualdad está obscenizada, es decir, fuera del lugar o de la escena; no me costó llegar después de esto a lo que la autora pretendía decir también cuando explicaba que el concepto de lo obsceno se articula a la perfección con el concepto de gusto ya que algunas cosas son consideradas aceptables o de "buen gusto" mientras que otras son consideradas obscenas o de "mal gusto" (recordemos también a Bourdieu y a su teoría sobre el gusto legítimo e ilegítimo).

El gusto es un concepto como bien dice Celia Amorós totalitario y a mi juicio, aun me atrevería a decir más, el gusto, a pesar de ser construído socialmente es para mi lo más subjetivo que existe y también lo más amargo de la desigualdad humana. El gusto es un gran creador de identidades personales y me refiero aquí una vez más a Bourdieu que nos hablaba de un gusto de las clases altas intelectualmente, de las clases educadas, un gusto por las grandes obras de arte, un gusto legítimo y también nos hablaba de un gusto popular, un gusto ilegítimo, que no se correspondía en nada con el capital intelectual y que se correspondía más con el capital económico. Bourdieu nos situaba al gusto como un elemento de desigualdad, al decir claramente que solamente las clases altas podían disponer del tiempo necesario para una educación en el gusto legítimo.

Una vez más la desigualdad, tan horrible y tan presente en la sociedad hace aparición en escena, pero sin embargo me atrevo una vez más a intentar burlarla. Si tomamos, como bien dice la autora, la igualdad bajo su significado ilustrado, es decir, igualdad sin ser para nada sinónimo de identidad podremos escapar del juicio del gusto y en cierto modo, de la desigualdad.

Tal vez mis intentos por encontrar esa igualdad soñada, que a veces se me antoja utópica sean inútiles para muchos, pero creo una vez más que mi búsqueda se hace desde el corazón, y tal vez sea por ello por lo que se que puedo lograr, al menos, algo más que conceptualizarla aunque me encanten los conceptos y pueda llegar a su aplicación real (¿qué misión más reconfortante como socióloga que intentar cambiar el mundo además de interpretarlo?).

Pues bien y ya concluyendo, esta es la mejor definición de igualdad que me he encontrado en mucho tiempo, la de Celia Amorós, "igualdad como relación de homologación bajo un mismo parámetro, que determina una misma equiparación de rango entre sujetos plenamente discernibles". Esta definición ha ayudado a vaciar mi cabeza de una pequeña crísis de igualdad y diferencia que me turbaba desde hacía algún tiempo.

Sin más, espero que opineis y si podeis, que os ahorreis el dinero de unas cuantas copas y os compreis el libro de Celia Amorós.

Un saludos a tod@s!

Miriam Couceiro Castro.