domingo, 2 de marzo de 2008

¿Por qué?

Esta tarde, en un descanso, leí un artículo que me llamó la atención no solo por lo que dice sino por como lo dice, no lo voy a pegar completo porque se que aunque quisiésemos, no disponemos ninguna de nosotras de mucho tiempo para leerlo completo, pero si algunos fragmentos a mi juicio muy interesante:

"Es muy probable que, si en los últimos cinco años 340 hombres hubieran sido asesinados por sus compañeras o ex compañeras, existieran ya en España decenas de organizaciones femeninas dispuestas a combatir esa realidad. Centenares de mujeres estarían dispuestas a dedicar su tiempo y su esfuerzo voluntariamente para llegar a las potenciales agresoras y trabajar con ellas para intentar modificar sus conductas y sus valores. Muy posiblemente, decenas de miles de mujeres pensarían que algo estaba mal, radicalmente equivocado en la formación del carácter femenino.

La realidad es que no han sido 340 mujeres las que han asesinado a sus compañeros o ex compañeros, sino 340 hombres los que han matado a sus compañeras o ex compañeras (...) son "los hombres" los que tienen el problema y los que deberían preguntarse qué está radicalmente mal, que puede estar radicalmente equivocado en la formación del carácter masculino como para producir en la pareja y en las relaciones amorosas un porcentaje tan elevado de conductas agresoras y asesinatos machistas".

No he conocido a demasiados hombres que se dedicasen a erradicar el problema aunque supongo que los hay, pero la triste realidad es que son las asociaciones de mujeres, las casas de acogida y en resumidas cuentas, las mismas mujeres, que además de ser las que lo sufren, son las que se preocupan por erradicar el problema. Si de mi honor dependiese y fuese hombre intentaría preguntarme, al menos, bajo que patrones están siendo educados mis hijos para llegar a convertirse en algunos casos en potenciales verdugos y a su vez, también mis hijas, para saber como llegan a convertirse en mujeres potencialmente maltratadas.

La violencia suele tener raíces profundas, a veces complejas, la verdad, casi siempre, sin embargo creo que para que broten nuevos árboles, con raíces sanas, libres, justas y sobre todo, humanas, deberíamos intentar hacer un gran esfuerzo, para no reproducir lo que hasta ahora todas y todos hemos hecho mal.

La mujer desde que nace es la gran sufridora, comenzamos haciéndoles unos agujeros en la oreja para seguir inculcándole lo bonito que es vestir falda aun a cinco bajo cero, que están mas bonitas con cabello largo y ya, cuando son adolescentes, las enseñamos a sufrir no por si mismas, nunca para gustarse a si mismas sino siempre para gustar al varón. Me pregunto ¿para qué? y sobre todo me pregunto ¿cuándo dejaremos de inculcar esos valores?. Somos bastante más que un bonito complemento.

Una mujer se "cosifica" a lo largo de su desarrollo, y es esa cosificación la que la hace creer en que es un objeto, que se puede manipular, tirar, usar, volver a tirar y volver a usar, incluso romper y olvidar.

Si como dice este artículo, no existen en la actualidad asociaciones lideradas por hombres para luchar por el fin de esquemas patriarcales, con todo lo que eso encierra hacia la libertad cultural, sexual y de género, tendremos que ser nosotras las que sigamos con el trabajo de hacerlo.

Es extraño como las cosas que se supone deberían ir mejor en esta época, en la que ya no están los consultorios como el de Elena Francis para decirnos "un poco si te puede pegar, ya que es tu marido" y cosas semejanes, ya no estamos en la época del "código de napoleón", que hacía de la mujer una menor eterna, un objeto que pasaba de las manos del padre a las manos del marido...¿entonces, por qué las cosas no funcionan?...

Os dejo el enlace al artículo entero, espero que os guste, sin más, gracias a las que os pasais por el blog!

Miriam C.C

http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1388