martes, 29 de enero de 2008

El harakiri a la mujer

Cuando la sociología intenta estudiar la belleza se convierte tal vez en un psicoanálisis social al tratar con un objeto de estudio tan personal e influído por la cultura y las propias vivencias. La belleza cambia como cambia el tiempo y lo que hoy resulta bello antes era una aberración estética e incluso moral.

No quiero referirme aquí solamente a aspectos como la moda sino a cosas que como mujeres nos afectan bastante más ya que creo que todas esas necesidades que sienten mujeres jóvenes y maduras, incluso niñas, están minuciosamente prefabricadas por otro sexo...y tal vez, y por desgracia, llevadas a cabo por el nuestro. Un harakiri al alma femenina.

Cuando crecemos nos enseñan como debemos gustar pero no como debemos gustarnos y mucho menos nos enseñan a querer gustarnos, la belleza femenina, al igual que la sexualidad viene a veces "hecha de serie" y para nada calibrada y experimentada por nosotras mismas, que al fin y al cabo somos las principales interesadas.

La moda, un gran negocio de masas, ha logrado que un amplio abanico de la población de mujeres jóvenes adopte unos hábitos que las encaminan al borde del abismo, no solamente en temas alimenticios sino en muchos otros aspectos psicológicos, la mujer se convierte en esclava de su imagen...una pena que se invierta más en modelar el cuerpo que en modelar la mente.

Adoro la belleza, toda la belleza porque nadie debe decirnos lo que es bello, la belleza la creamos nosotras mismas sería por eso interesante ponerse a pensar en quien creó ese cánon de belleza para exhibirnos como trofeo, como meros objetos reproductivos.